Tuve un sueño:
Te había pasado los dedos por encima. Incluso había cerrado los ojos. Dejaba deslizar mi yema del incide por toda tu superficie. De arriba abajo, de abajo arriba. Luego al pasar por el orificio, se me enganchaba a la mitad, empujaba y empujaba para sacarlo pero entraba más y más.
Repetidamente, aveces solo entraba el indice, otras junto con el corazón e incluso se apuntaba el anular, se deslizaban a la mitad, por todo el interior y hasta el final.
Seguía aumentando la velocidad, recorría la suave y lisa superficie de manera desordenada, como si mi dedo fuera una especie de gusano enloquecido que entraba y salía del agujero corriendo de un lado a otro.
Continuo deslizando los tres mientras me dispongo a saciar mi sed de felicidad entre tus piernas. Gimes y cada vez lo haces más fuerte y más duro, dejando un halo acuoso de color blanco que me dispara.
Ya no puedo esperar y te embisto. No dejo de empujar, entro al quite, recorto, levanto, con todo mi repertorio, te subo y bajo, en volandas, en vilo, lanzo una rafaga y te arqueas, te retuerces como serpiente que atrapa su presa.
Te aprieto duro, chupo y chupo las tetas, los pezones, bajo el ritmo y te desfogas, arremeto nuevamente con más ansia y vuelves a gritar.
Luego abrí los ojos, el orificio se había llenado, volví a chupar tus suaves melones............ te ries, luego más.
Te quiero, tequila
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